El motor de la Bicicleta (Parte1ª)

Creo que despues de que muchos de nosotros, ya estamos en el mundo del BTT, seria interesante profundizar en alguno de los variados aspectos que intervienen en la
práctica del ciclismo, ya sean consideraciones legales, deportivas o, como en esta ocasión, de un marcado carácter fisiológico.
Leyendo por ahí, y basandome en un articulo de Bike a Fondo, he recopilado diversos temas que, de forma amena, nos introducen en el funcionamiento de ese maravilloso y complejo mecanismo que es nuestro organismo y, que en nuestro caso, es el único motor de nuestro vehículo: la bicicleta, por tanto, no estará de más repasar algo de su funcionamiento y de los sistema en los que se basa, para tratar de sacarle el mejor rendimiento y que nos dure muchísimos kilómetros...
Para ello, será importante conocer, tanto los elementos externos que necesita ese maravilloso motor para funcionar (combustibles), cómo la forma que está constituido –mecánicamente- en sí mismo, lo que se denomina aparato locomotor. También se analizarán otros sistemas que son indispensables para ese “reabastecimiento” y buen funcionamiento de nuestro motor, y que son los denominados aparatos respiratorio y cardiocirculatorio .
Por último, se hará un breve recorrido del depósito de carburante combustible o “recipiente” energético y sus aspectos significativos de carga y vaciado.
EL MOTOR HUMANO
Cada uno de nosotros es una “máquina” magnífica, que requiere un reabastecimiento continuo de “carburante” (comida) y de oxigeno. A través del complejos procesos metabólicos, el cuerpo humano consigue transformar los alimentos ingeridos en energía que, en parte, sirve para mantener activas todas las fundones vitales del organismo (metabolismo basal) y, en parte, para hacer funcionar, con la ayuda de las contracciones musculares, todas las palancas articulares que nos permiten caminar, correr, saltar, pedalear… La cilindrada, la potencia y el número de vueltas varían de una persona a otra. De nada valen los intentos de modificarlo radicalmente recurriendo al dopaje: corremos el riesgo de “griparnos”.
En cambio, es posible mejorar el rendimiento de la máquina con un adecuado trabajo de rodaje (entrenamiento) y un buen cuidado del motor (alimentación equilibrada y vigilada).
Alrededor del 21% del aire que respiramos es oxígeno. Está en la base de todos los procesos metabólicos del cuerpo humano y permite la combustión del “carburante” con la consiguiente producción de energía y su utilización.
El cuerpo humano puede introducir en los pulmones unos cuatro o cinco litros de aire por término medio, llegando incluso a seis o siete litros en los atletas profesionales. Cuanto más oxígeno se tiene disponible, tanta más energía se puede producir. Pero hasta cierto punto. En cada uno de nosotros hay un limitador, un techo insuperable que tiene en cuenta las variaciones en el metabolismo y los valores de la capacidad pulmonar.
El rendimiento de la “máquinahombre” es de alrededor del 25%. El valor indica la relación entre la energía mecánica disponible para ser utilizada y la energía total producida a través
de los procesos metabólicos. El cuerpo humano emplea para el movimiento sólo ¼ de la energía producida, mientras que el resto se dispersa en el aire en forma de energía térmica (calor).
Si el oxígeno es el “comburente”, ¿cuál es el “combustible” del ciclista? Una mezcla equilibrada de carbohidratos, vitaminas, proteínas, sales minerales, grasas y agua junto con la aportación de fibras vegetales. Se trata de averiguar cuánto carburante necesitamos, el porcentaje de los elementos que componen esa mezcla, cómo distribuirlos entre las tres comidas diarias y cómo combinarlos. El ciclista principiante que quiere dedicarse a esta actividad luchadora debe ejercitar su propio cuerpo para explotar y valorar todas sus potencialidades físicas, a menudo insospechadas, con el fin de obtener el máximo rendimiento. A base de pedalear, pronto descubrirá que ya no sufre el ahogo de los primeros días: rodará más deprisa con menos pulsaciones, se recuperará de la fatiga de una subida prolongada en menos tiempo, notará que ha mejorado su tono muscular y que soporta mejor y más tiempo las “etapas largas”…
El ciclismo es un deporte completo y, si se practica de acuerdo con la propia capacidad, permite alcanzar un bienestar general. Mejora los procesos
digestivos y secretorios, agudiza la capacidad sensorial, reduce los tiempos de reacción, mejora el rendimiento intelectual, alimenta la autoestima, permite profundizar en el conocimiento del propio cuerpo, estimula la consciencia y el conocimiento de las propias capacidades y los propios límites. Sólo es cuestión de encontrar el “ritmo justo”, es decir, el equilibrio entre el “reabastecimiento de carburante”, el consumo de oxígeno y el trabajo que se realiza, evitando la acumulación de toxinas en los músculos con los consiguientes dolores y calambres.
Por tanto, cuando se sale en bicicleta para hacer largas excursiones, es una buena norma comer y beber poco, pero a menudo, para permitir la recuperación de los azúcares y sales
utilizados para mantener constantes los niveles de producción de energía. No menos importante que el conocer los elementos externos que necesita ese maravilloso motor para funcionar, será conocer también como está constituido en sí mismo, y que se denomina aparato locomotor.
Los sistemas que son indispensables para ese “reabastecimiento” y buen funcionamiento del motor son los de nominados aparatos respiratorio y cardiocirculatorio .
Se hará un breve recorrido del depósito de carburante combustible o “recipiente” energético y sus aspectos significativos de carga y vaciado.
Pero lo haremos en proximos articulos...
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